jueves, 28 de abril de 2011

Eternal Sunshine of the Spotless Mind

AÑO: 2004
PAÍS: USA
DIRECTOR: Michel Gondry
GUIÓN: Charlie Kaufman
FOTOGRAFÍA: Ellen Kuras
REPARTO: Jim Carey, Kate Winslet, Elijah Wood, Mark Ruffalo, Kristen Dunst

PUNTUACIÓN: 




En ciertos momentos, muy esporadicamente, y bajo ciertas condiciones muy especiales, todos los elementos correctos se alinean formando una amalgama de modestas proporciones pero con repercusiones épicas en ciertas personas.
En este caso estoy hablando de Eternal Sunshine of the Spotless Mind, una obra maestra escrita por Charles (o Charlie para los amigos) Stuart Kaufman y digida por el Francés Michel Gondry.

 Nuestra vida es solo una serie de momentos efímeros, pequeños trozos de imagenes, emociones y sensaciones que quedan grabadas en algún espacio dentro de nosotros, nos van definiendo y sirven como filtro para interpretar a su vez nuevas imagenes, emociones y sensaciones.

Si pudieramos tomar una cadena de recuerdos, agradables o desagradables, y borrarlos por completo, ¿seguiriamos siendo quienes somos ahora?....
A Clementine (Kate Winslet) se le presenta esta opción y decide tomarla, eliminar por completo de su memoria la existencia de su pareja Joel Barish (Jim Carey), y él a su vez, para evitar el sufrimiento de saberse un completo desconocido, decide hacer lo mismo con sus recuerdos de ella, y es en este momento en donde nuestro viaje comienza.

Un viaje que nos lleva por un camino de auto reflexión, brindandonos a nosotros los espectadores la oportunidad de evaluar y valorar cada instante de nuestra existencia, que ante lo inevitable del final se convierten en piezas claves de nuestro ser. 

Esta es una historia de amor, contada de una manera nada ortodoxa, un relato que nos exige unir los puntos y trazar las lineas correctas que poco a poco nos van descubriendo el plano general de donde estamos pisando.
Obliga a detenerse unos segundos y disfrutar de ese pedazo de emocion que se removió y sonreir ante la identificación espontanea con los personajes tan magistralemente retratados.
La química entre Carey y Winslet logra que cada línea de diálogo entre sus personajes se sienta real y podamos empatizar con ellos mientras toda la estructura lógica que un recuerdo pueda tener se cae a pedazos tras ellos.

Esta es una cinta con varios niveles de lectura, puede ser tan densa o tan ligera como nosotros lo deseemos, pero de una cosa estoy seguro, es una película que no desearas olvidar.

1 comentarios:

Es mi película favorita, y es una de las mejores que he visto en mi vida, puedo verla muchas veces y nunca aburrirme y seguir aprendiendo.

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