Anonymous - Anónimo

AÑO: 2011

PAÍS: Reino Unido

DIRECTOR: Roland Emmerich
GUIÓN: John Orloff
REPARTO: Rhys Ifans, Vanessa Redgrave, Joely Richardson

FOTOGRAFÍA: Anna J. Foerster
GÉNERO: Drama – Intriga

PUNTUACIÓN:

  

Anonymous navega con bandera blanca, mejor dicho, de “tiro al blanco”, a la espera de los dardos más filosos y envenenados de la crítica despiadada, en este caso, no tanto de la crítica cinematográfica sino de la literaria, al atreverse a contar una de las tantas teorías acerca de la verdadera autoría de las obras firmadas por el multicelebrado y aclamado dramaturgo inglés, William Shakespeare. Aunado a esto, está la presencia del poco respetado director Roland Emmerich, quien ya está acostumbrado a la lluvia de críticas desde antes de iniciar a filmar alguna de sus películas. Hay que aceptar que no están de más algunas de esas críticas, ya que ha sido el creador de varios trabajos, que aunque han gozado del éxito taquillero, la verdad solo se han tratado de malas y sosas producciones para el gran público como, Día de la independencia,  El día después de mañana, 10 000 a. C. y más recientemente 2012.

Emmerich se olvida de cualquier prejuicio que pudiese  caer sobre él y se arriesga a contarnos una de las versiones más reconocidas por los detractores de Shakespeare, quienes han sostenido que no es el autor de aquellas maravillosas obras de la literatura universal, pero tan criticada por historiadores y estudiosos de la vida y obra del escritor quienes defienden la autoría de Shakespeare.

La versión que nos cuenta la película es la que acredita como el verdadero autor a Edward de Vere, Conde de Oxford, poeta y autor teatral de renombre. Pero Anonymous va más allá de la polémica acerca de quién es el verdadero autor de las obras, aunque claro que por la manera en cómo el director nos presenta esta versión, como una verdad absoluta, le aseguró reclamos de parte de los académicos.

La historia nos relata la vida de Edward de Vere, y su lucha por presentar y mantener viva su obra en el teatro londinense, asumiendo el precio que debe pagar, el que ninguna de ellas llevará su nombre, debido a su posición social, la cual le traería conflictos con la corona. A la par, otras historias se van tejiendo en la trama; como la rebelión del Conde de Essex para hacerse con el trono, las acciones de un despreciable Shakespeare que asume la autoría de la obra sacando todo el provecho posible, la relación que une a la reina con el mismo Edward de Vere y la lucha política con los Cecil. El estilo de la narración, la cual se basa en saltos en el tiempo para mostrarnos diferentes etapas de la vida del conde de Oxford, así como la inclusión de varias tramas, hacen realmente atractiva la película y nos obliga a no perder ni un minuto de ella.

Olvidándonos de la controversia que generó por tocar a uno de los iconos ingleses de la literatura, y ciertos desaciertos históricos, que ya los historiadores no se han cansado de reprocharle, tengo que admitir que es una película estupenda, llena de intriga, con una estética visual asombrosa. Nos muestra el lado oscuro de la nobleza durante la Inglaterra del siglo XVI. Emmerich nos recrea un Londres lúgubre y podrido, a causa de esa nobleza ambiciosa de poder, llena de extravagancias y censura a las expresiones artísticas que osaban burlarse o criticar a la aristocracia de la época.

Este director siempre se ha valido del uso exagerado de los efectos visuales hechos en computadora, y aunque en este caso no fue la excepción ya que sigue haciendo uso de los mismos recursos, en Anonymous trató los efectos visuales como un elemento auxiliar, estético, para recrear los escenarios históricos y no como soporte para salvar la película como en otras ocasiones, apostó por trabajar más en el argumento, algo que siempre ha fallado en sus películas, contándonos subtramas que se van entrelazando para crear una maravillosa historia de intriga, ambición, lujuria, traición y poesía. Los diálogos toman un rol importante para el desarrollo de la historia y es un punto más a favor de la película que sigue subiendo peldaños gracias las excelentes interpretación de los protagonistas. Una producción redonda.

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